Por: César Augusto Pérez González
La educación superior en Colombia atraviesa un momento crucial. Nos encontramos ante una encrucijada en la que el cambio no es una opción, sino una necesidad imperativa. En la Universidad Cooperativa de Colombia hemos alcanzado hitos trascendentales que han consolidado nuestro modelo educativo, pero también enfrentamos nuevos desafíos que demandan visión, compromiso e innovación.
En este contexto, la renovación del mandato de nuestra Rectora, Maritza Rondón Rangel, reafirma nuestro compromiso de seguir construyendo una institución de excelencia, inclusiva y con un impacto real en la sociedad.
Los logros alcanzados en los últimos años son innegables: tres campus con Acreditación Institucional, más de 20 programas con acreditación de alta calidad, la creación de nuestros primeros doctorados, una oferta académica robusta y flexible, y la formación de más de 215 mil personas egresadas que hoy transforman el país. Sin embargo, el éxito no radica solo en las cifras, sino en el impacto tangible que generamos en nuestra comunidad estudiantil y en las comunidades donde hacemos presencia.
El reto es claro: consolidarnos como una institución de vanguardia, una universidad para todas las generaciones, con un modelo de educación a lo largo de la vida que garantice permanencia, bienestar y éxito estudiantil. No podemos conformarnos con un enfoque genérico; debemos conocer a cada estudiante, sus realidades y desafíos, para ofrecerles una experiencia de aprendizaje verdaderamente transformadora.
La educación no es solo impartir conocimientos; es acompañar, inspirar y brindar herramientas para la vida y el trabajo en un mundo que evoluciona sin tregua.
La transformación digital y la inteligencia artificial son una realidad que no podemos ignorar. Nuestra universidad debe ser líder en la implementación de tecnologías que potencien la enseñanza sin deshumanizarla, asegurando que la innovación académica esté al servicio de la formación de personas éticas y socialmente responsables. La globalización del aprendizaje nos exige romper fronteras y ampliar nuestra presencia en el escenario internacional, facilitando la movilidad académica y la colaboración con otras instituciones y sectores productivos.
Asimismo, debemos fortalecer nuestra relación con el sector empresarial y social, garantizando que nuestra oferta académica esté alineada con las necesidades del mercado laboral y el desarrollo del país. No basta con formar profesionales; debemos formar personas innovadoras, emprendedores y emprendedoras agentes de cambio que contribuyan activamente al progreso de la sociedad.
Finalmente, no podemos perder de vista nuestra responsabilidad ambiental. La sostenibilidad debe ser un principio rector en cada una de nuestras acciones. Formar profesionales con conciencia ecológica es una obligación impostergable. Debemos garantizar que el conocimiento que impartimos esté orientado a la construcción de un mundo más justo, equitativo y sustentable.
La Universidad Cooperativa de Colombia no es solo una institución académica; es un proyecto de vida, una plataforma de oportunidades y un motor de transformación social.
Hoy renovamos nuestro compromiso con la excelencia, la innovación y el bienestar de nuestra comunidad. El futuro de la educación está en nuestras manos, y el momento de actuar es ahora.