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Etapas del desarrollo infantil: áreas clave y características

Escrito por Universidad Cooperativa de Colombia | 1 de octubre de 2025 16:32:44 Z

¿Qué es el desarrollo infantil?

Cuando hablamos de desarrollo infantil, nos referimos a ese proceso mediante el cual los niños y niñas van adquiriendo, poco a poco, distintas habilidades y capacidades en lo físico, lo cognitivo, lo emocional y lo social, desde el mismo momento de la gestación hasta que llegan a la adolescencia. Este recorrido es dinámico y progresivo, y depende de muchos factores: biológicos, ambientales, culturales y familiares. En Colombia, entender a fondo el desarrollo infantil es clave para crear estrategias efectivas de acompañamiento y promoción del bienestar en la niñez y la adolescencia, siguiendo siempre los lineamientos educativos y sociales del país.

Vale la pena resaltar que, en nuestro contexto colombiano, hablar de desarrollo infantil también significa reconocer la gran diversidad cultural y social que tenemos, así como los retos que enfrentan muchas familias para acceder a servicios de salud, educación y protección. Por ejemplo, en zonas rurales o apartadas, acompañar el desarrollo de los niños puede requerir ajustes específicos para responder a las realidades locales y las tradiciones de cada comunidad. Por eso, el impulso de políticas y programas de intervención desde la Universidad Cooperativa de Colombia cobra un papel muy importante en la garantía de los derechos de la infancia y la adolescencia.

El desarrollo infantil abarca varias dimensiones y, aunque cada niño o niña avanza a su propio ritmo, existen patrones que nos permiten identificar etapas y características similares. Estas etapas son fundamentales para diseñar programas educativos, de salud y de intervención social, y también para que padres, cuidadores y profesionales puedan acompañar mejor a los menores.

¿Cuáles son las etapas del desarrollo infantil?

El desarrollo infantil se organiza en varias etapas, y cada una tiene sus propias características y necesidades. Identificar estas fases es fundamental para hacer un seguimiento adecuado al crecimiento de los niños y niñas, y para detectar a tiempo señales de alerta o situaciones que requieran apoyo.

Etapa prenatal

La etapa prenatal abarca todo el periodo de gestación, es decir, desde la concepción hasta el nacimiento. Aquí, el desarrollo físico es la prioridad, porque es cuando se forman los órganos, sistemas y estructuras básicas del cuerpo. Factores como la alimentación de la madre, el acceso a servicios de salud y la ausencia de situaciones adversas son determinantes para que el futuro bebé tenga un buen comienzo. El entorno familiar y el acompañamiento profesional durante el embarazo resultan claves para un desarrollo prenatal saludable.

En Colombia, la promoción de los controles prenatales y la educación a las familias sobre la importancia de la salud materna son acciones prioritarias para evitar complicaciones en el desarrollo fetal. Por ejemplo, la atención integral a la gestante, que incluye seguimiento médico, orientación nutricional y prevención de enfermedades infecciosas, es fundamental para cuidar la salud tanto de la madre como del bebé.

Recién nacido (0-2 meses)

Esta etapa cubre desde el nacimiento hasta los dos meses de vida. En este momento, el recién nacido depende por completo de los adultos para satisfacer sus necesidades básicas. Se observan reflejos primitivos, como el de succión y agarre, y comienzan a aparecer respuestas sensoriales, como la capacidad de reconocer sonidos y rostros familiares. Aquí, el establecimiento del vínculo afectivo y el cuidado integral son la base para el desarrollo posterior.

Es clave que el entorno familiar fomente el contacto piel a piel y la lactancia materna exclusiva, prácticas recomendadas tanto por organismos de salud como por la Universidad Cooperativa de Colombia. Además, estar atentos a los reflejos y reacciones del bebé ayuda a identificar cualquier alteración en el desarrollo temprano.

Primera infancia (2 meses – 2 años)

En la primera infancia, el desarrollo físico y motor se da a gran velocidad. Los niños empiezan a controlar movimientos, sostener la cabeza, sentarse, gatear y, más adelante, caminar. También surgen las primeras formas de comunicación, tanto verbal como no verbal. En este periodo, la curiosidad por el entorno y la interacción frecuente con adultos y otros niños son fundamentales para estimular el desarrollo cognitivo y emocional. Es una etapa clave para la estimulación temprana y para detectar cualquier posible retraso en el desarrollo.

En nuestro país, la atención integral a la primera infancia es una prioridad en las políticas públicas. Los programas de estimulación temprana, por ejemplo, buscan fortalecer habilidades motoras y cognitivas a través de juegos, canciones y actividades sensoriales. Los cuidadores deben estar pendientes de señales como la ausencia de balbuceo, la falta de respuesta a estímulos o problemas en la movilidad, para buscar apoyo profesional cuando sea necesario.

Infancia temprana (2-6 años)

En la infancia temprana, los niños consolidan habilidades motoras, lingüísticas, cognitivas y sociales. Mejoran su coordinación, amplían el vocabulario y logran mayor autonomía. Empiezan a entender reglas sociales y a crear vínculos con otros niños. Aquí, el juego es la principal herramienta de aprendizaje y socialización. Además, tanto la familia como los entornos educativos tienen un papel fundamental en la formación de valores y hábitos.

En este periodo, la creatividad y la imaginación se fortalecen a través del juego simbólico y las actividades artísticas. Los niños pueden empezar a participar en actividades grupales, lo que favorece el desarrollo de la empatía y el respeto hacia los demás. Es clave que los adultos promuevan rutinas, buenos hábitos de higiene, alimentación balanceada y espacios seguros para que los pequeños exploren el mundo.

Niñez intermedia (6-12 años)

Durante la niñez intermedia, los niños experimentan un crecimiento físico más estable y un desarrollo intelectual muy notorio. Mejoran la capacidad de razonar, la memoria y la resolución de problemas. Aquí, la escolarización cobra mucha relevancia, ya que facilita la adquisición de conocimientos académicos y habilidades sociales. Además, la pertenencia a grupos y la participación en actividades extracurriculares ayudan a fortalecer la autoestima y la identidad personal.

En esta etapa, los niños suelen mostrar interés por nuevos temas y pueden desarrollar talentos o aficiones particulares, como la música, el deporte o la lectura. Relacionarse con sus pares y participar en proyectos escolares o comunitarios les permite desarrollar habilidades de liderazgo, cooperación y toma de decisiones. Por eso, es fundamental que los adultos acompañen el proceso académico y brinden apoyo emocional frente a los retos propios de la edad.

Adolescencia (12-18 años)

La adolescencia es una etapa de transición entre la niñez y la adultez, caracterizada por cambios físicos evidentes como el crecimiento acelerado y el desarrollo de características sexuales secundarias. A nivel cognitivo, los adolescentes empiezan a pensar de manera más abstracta y reflexiva. Es común que surjan preguntas sobre la identidad, la autonomía y las relaciones con los demás. Aquí, el acompañamiento familiar y educativo resulta fundamental para orientar la toma de decisiones y la construcción del proyecto de vida.

En Colombia, la adolescencia puede estar marcada por desafíos sociales, como el acceso a la educación superior, la prevención de riesgos psicosociales y la construcción de proyectos de vida saludables. El diálogo abierto, el respeto y la orientación ética son herramientas clave para que los jóvenes desarrollen habilidades para la vida y refuercen su sentido de pertenencia y responsabilidad social.

Áreas clave del desarrollo en la infancia

El desarrollo infantil no solo depende de la edad, sino también del avance en varias áreas o dimensiones que se relacionan entre sí. El progreso conjunto en estas áreas es fundamental para el bienestar de los niños y niñas en Colombia.

Desarrollo motor

El desarrollo motor es el que permite a los niños adquirir habilidades físicas, tanto de movimiento grueso como de precisión. Por ejemplo:

  • Gatear
  • Caminar
  • Correr
  • Saltar
  • Manipular objetos
  • Escribir

Un desarrollo motor adecuado facilita que los niños sean independientes y puedan explorar su entorno y participar en actividades lúdicas o escolares. Es clave brindarles oportunidades para moverse y jugar desde los primeros meses.

En la práctica, el desarrollo motor grueso se nota cuando un niño aprende a montar bicicleta, mientras que el fino se observa en acciones como abotonarse la camisa o usar tijeras. Si los pequeños no tienen suficientes oportunidades para el juego activo, su desarrollo motor puede verse limitado, así que familias y colegios deben propiciar actividades físicas acordes a cada edad.

Desarrollo del lenguaje

El desarrollo del lenguaje abarca tanto la comprensión como la expresión, ya sea verbal o no verbal. Incluye la capacidad de:

  • Emitir sonidos
  • Formar palabras
  • Construir frases
  • Entender instrucciones

El lenguaje es fundamental para la comunicación, el aprendizaje y la socialización. La interacción con adultos, la lectura compartida y un entorno estimulante son factores que favorecen un desarrollo óptimo del lenguaje en la infancia.

En Colombia, la diversidad lingüística y cultural puede influir en las formas de comunicación de los niños. Por eso, es recomendable que los cuidadores promuevan la lectura de cuentos, canciones y conversaciones cotidianas para enriquecer el vocabulario y la comprensión. Si se presentan dificultades persistentes en la pronunciación o la comprensión, lo mejor es consultar a un especialista.

Desarrollo cognitivo

El desarrollo cognitivo tiene que ver con la capacidad de pensar, razonar, resolver problemas y aprender cosas nuevas. Incluye procesos como:

  • Memoria
  • Atención
  • Percepción
  • Creatividad

Cada etapa trae avances diferentes, desde la exploración sensorial en la primera infancia hasta el pensamiento abstracto en la adolescencia. Tanto la educación formal como las experiencias cotidianas ayudan a fortalecer estas habilidades.

Por ejemplo, cuando un niño logra armar un rompecabezas o seguir instrucciones complejas, está poniendo en práctica su desarrollo cognitivo. En la adolescencia, esto se traduce en la capacidad de analizar situaciones, planear metas y reflexionar sobre sus acciones. El acompañamiento de docentes y familias es esencial para estimular el pensamiento crítico y la curiosidad.

Desarrollo social y emocional

El desarrollo social y emocional implica aprender a interactuar con otros, manejar emociones y formar una identidad personal. Aquí entran en juego la capacidad para:

  • Establecer vínculos afectivos
  • Cooperar
  • Compartir
  • Resolver conflictos

El entorno familiar, escolar y comunitario influye directamente en la autoestima, la autonomía, la empatía y la resiliencia de los niños y niñas. Un acompañamiento respetuoso y una orientación adecuada son vitales para el bienestar emocional.

Por ejemplo, un niño que aprende a esperar su turno en un juego o a expresar lo que siente de manera adecuada está fortaleciendo sus habilidades sociales y emocionales. La prevención del acoso escolar y la creación de ambientes seguros y afectivos son responsabilidades compartidas entre la familia, la escuela y la comunidad. Promover la salud mental desde la infancia es una prioridad que la Universidad Cooperativa de Colombia integra en sus programas y recomendaciones.

Preguntas frecuentes sobre las etapas del desarrollo infantil

¿Cuáles son las 5 etapas del desarrollo infantil?

Generalmente, se reconocen cinco etapas en el desarrollo infantil:

  • Etapa prenatal
  • Recién nacido
  • Primera infancia
  • Infancia temprana
  • Niñez intermedia

Cada una tiene sus propias características y necesidades, por lo que es fundamental acompañar, observar y estimular a los niños en cada fase. Entender estas etapas ayuda a padres y cuidadores a identificar logros y enfrentar los desafíos propios de cada periodo.

En Colombia, identificar a tiempo cualquier dificultad en alguna de estas etapas facilita el acceso a servicios de apoyo y la intervención temprana, lo que, en pocas palabras, puede marcar una gran diferencia en el futuro de los niños.

¿Qué es el desarrollo infantil y cuáles son sus etapas?

El desarrollo infantil es el proceso de crecimiento y maduración de los niños desde la gestación hasta la adolescencia, incluyendo dimensiones físicas, cognitivas, sociales y emocionales. Sus etapas principales son:

  • Etapa prenatal
  • Recién nacido (0-2 meses)
  • Primera infancia (2 meses – 2 años)
  • Infancia temprana (2-6 años)
  • Niñez intermedia (6-12 años)
  • Adolescencia (12-18 años)

Cada fase trae consigo avances únicos en habilidades y competencias que forman la base del desarrollo integral.

Es clave que padres, cuidadores y profesionales conozcan estas etapas para acompañar de la mejor manera los procesos de aprendizaje y socialización, promoviendo el bienestar y previniendo posibles dificultades.

¿Cuáles son las 4 etapas del desarrollo?

Algunas perspectivas resumen el desarrollo infantil en cuatro grandes etapas:

  • Etapa prenatal
  • Primera infancia
  • Niñez intermedia
  • Adolescencia

Esta agrupación se basa en los hitos principales de crecimiento y maduración. Cada etapa representa un momento clave para el acompañamiento familiar, educativo y social.

Estas divisiones pueden ser muy útiles a la hora de planear programas de intervención, ya que permiten adaptar las estrategias según las necesidades de cada grupo de edad.

¿Cuáles son las 3 etapas infantiles?

En el estudio del desarrollo humano, suelen mencionarse tres etapas infantiles principales:

  • Primera infancia
  • Infancia temprana
  • Niñez intermedia

Estas fases van desde los primeros meses de vida hasta el inicio de la adolescencia, y se caracterizan por avances en lo físico, lo cognitivo, lo social y lo emocional, que requieren atención y acompañamiento especializado.

Reconocer estas etapas facilita la identificación de logros y la detección de posibles dificultades, permitiendo intervenir a tiempo y promover ambientes protectores para el desarrollo infantil.

Las personas que deseen profundizar en este tema y fortalecer sus capacidades para acompañar el desarrollo de niños y adolescentes pueden considerar la Maestría en Proyectos para el Desarrollo Integral de la Infancia, Adolescencia y Juventud en Santa Marta, ofrecida por la Universidad Cooperativa de Colombia. Esta formación especializada brinda herramientas actualizadas para diseñar y gestionar proyectos que promuevan el desarrollo integral en el contexto colombiano, aportando a la formación de profesionales comprometidos con el bienestar social y educativo del país.